Cómo hacer frente a los retos de la seguridad contra incendios en la industria alimentaria y de bebidas

La cría intensiva de animales para la producción de carne no solo implica el pastoreo de ganado en los campos para alimentarlos. En invierno o en instalaciones agrícolas mucho más grandes, los animales suelen ser alimentados con alimentos secos, como heno o cereales. Por lo general, todo esto se almacena en graneros o almacenes que están abiertos a las condiciones climáticas, como el calor del sol de verano o las ráfagas de viento. Al igual que los incendios forestales, una chispa o la combustión continua pueden provocar que una amplia zona se queme hasta el terreno en minutos, ya que los materiales secos son perfectos para inflamarse. El daño total en tales instalaciones afectaría seriamente a los costos comerciales y a la cadena de suministro para la producción de carne.

La producción a escala industrial es la única forma de proporcionar suficiente carne para la enorme demanda de mayoristas y cadenas de supermercados. Las cintas y transportadores eléctricos aéreos están en constante movimiento para preparar el ganado para el consumo humano, desde el sacrificio hasta el envasado. Esto crea altas temperaturas, y el sobrecalentamiento puede provocar combustión lenta o ignición. Del mismo modo, las instalaciones de producción de carne albergan grandes sistemas de refrigeración para mantener la frescura de los productos. Estos también pueden sobrecalentarse y corren el riesgo de perder amoníaco si se dañan, además cualquier amoníaco almacenado en la planta corre el riesgo de combustión si se expone a altas temperaturas. El blanqueador de cloro que se usa para desinfectar el equipo puede propagar un incendio mucho más rápido debido a sus propiedades oxidantes. La combinación de todos estos factores, en una construcción industrial con miles de trabajadores, hace imprescindible una respuesta rápida al fuego.

Se prevé que la industria mundial de los donuts alcance ingresos de 55 000 millones de dólares estadounidenses para 2024: es un gran negocio.* Esto significa, sin embargo, que en todo el mundo hay panaderías y fábricas que almacenan y utilizan cantidades masivas de ingredientes secos y con textura de polvo, como harina, azúcar y aromatizantes en polvo. Este polvo puede provocar combustión o ayudar a la rápida propagación de los incendios. Se utilizan grandes cantidades de aceite para freír la masa a temperaturas extremadamente altas. Este calor se mantiene mucho tiempo después de que se retiran los productos cocinados y se apagan los hornos y otras máquinas, lo que presenta un alto riesgo de ignición, especialmente cuando se deja desatendido. La actividad constante de las cintas transportadoras, la maquinaria de recogida y colocación, y el personal que trabaja en el lugar generan calor adicional. Las fuentes de energía, como la electricidad para hacer funcionar las máquinas, la iluminación y las calderas de agua a gas, aumentan aún más los peligros de que un incendio consuma plantas enteras que producen golosinas.

*Fuente: Statista

Cerveza, vino y licores, té, café, chocolate caliente, refrescos: no a todos les gusta beber solo agua de día y de noche. Pero no es solo el negocio de las bebidas el que se ha disparado a lo largo de las décadas: el riesgo de explosiones físicas reales también ha aumentado exponencialmente. El etanol puro almacenado en tanques enormes en cervecerías para producir cerveza y licores a base de granos es una sustancia altamente inflamable. El azúcar, además del té molido o en polvo, el café y los productos lácteos producen suficiente polvo como para hacerlos extremadamente combustibles. El almacenamiento al aire libre a altas temperaturas exacerba este riesgo. Los refrescos carbonatados y las bebidas energéticas contienen ingredientes en polvo igualmente explosivos. Por lo general, se envasan en latas de aluminio de alta presión que también son un peligro de incendio y combustión y emiten gases nocivos si se incendian.

Las fábricas que producen alimentos congelados, como pizza y postres, utilizan cámaras frigoríficas industriales como almacenes para sus productos. A pesar de las temperaturas extremadamente bajas, existen riesgos de incendio debido al ambiente seco combinado con la electricidad, el movimiento en el lugar y los productos químicos utilizados para algunos procesos de congelación. Esto plantea dos desafíos para la seguridad contra incendios: la monitorización a diferentes alturas dentro de un espacio grande y la provisión de equipos de detección de incendios que funcionen y respondan de manera fiable a temperaturas bajo cero. Además, una etapa posterior del proceso de fabricación es el envasado de alimentos antes del transporte y posterior distribución. Por lo tanto, las cajas de cartón empacadas planas con logotipos, detalles nutricionales y fotos de su contenido se apilan en grandes almacenes, a menudo adyacentes a los edificios principales de la fábrica, listas para armar y empacar. Las instalaciones de producción de productos secos, como galletas dulces y saladas, también dependen de un suministro constante de envases a base de cartón para vender sus productos. Una sola llama en un espacio de almacenamiento de estos materiales, que son perfectos para que se inflamen, provocaría un incendio devastador, si no se detectara y extinguiera al instante. La falta de cartones y cajas con marca detendría la logística de los productos terminados, lo que significaría que los suministros de los supermercados y sus ventas se verían afectados negativamente, o encontrarían proveedores alternativos, creando un cuello de botella de pérdida y almacenamiento para el negocio de la producción.

No todas las soluciones de seguridad contra incendios funcionan de forma fiable a temperaturas muy bajas, lo que significa que no se puede contar con ellas para generar alertas en caso de llamas o chispas. Cuando un incendio realmente se propaga, es posible que ya sea demasiado tarde para salvar los activos comerciales valiosos, incluidos los congeladores y las existencias de alimentos, que no solo se descongelarán, sino que se dañarán irremediablemente y no serán aptos para la entrega y la venta. AVIOTEC funciona con la misma eficacia a temperaturas de -20 °C que a temperaturas más altas. Por lo tanto, es perfecto para las empresas de producción, envasado y almacenamiento de alimentos, independientemente de si albergan grandes congeladores o grandes hornos y cintas transportadoras, o ambos, en la planta.