Seguridad para proteger obras de arte de un valor incalculable

Los operarios de museos, galerías y ciudades históricas tienen que ofrecer al visitante una rica experiencia del contexto histórico que no se vea obstruida por barreras y limitaciones obvias. Pero además, tienen que asegurar la seguridad e integridad de los tesoros culturales que se muestran. Con el fin de detectar con rapidez infracciones de seguridad, el Museo del mausoleo del emperador Qin Shi Huang, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, requirió de un nuevo sistema de intrusión para los 16.300 metros cuadrados de área museística.

Este museo de arte recibe alrededor de un millón de visitantes anuales. Se ha enfrentado al desafío de migrar su sistema CCTV analógico a un sistema IP, incluidos el centro de control, los sistemas de gestión y las cámaras. Bosch fue el socio elegido gracias a una completa solución que incluye servidor IP de vídeo, software de control con Bosch Video Management System, funciones remotas desde tablets y una amplia gama de cámaras especializadas para todos los fines en el interior del museo.

Con más de 12.800 metros cuadrados, el Museo de Historia de los Judíos Polacos es uno de los museos judíos más grandes del mundo. Por su importancia internacional, se ha visto obligado a cumplir unos requisitos de seguridad muy estrictos establecidos por la policía y el servicio secreto. Bosch proporcionó una solución de seguridad integrada para facilitar y agilizar la verificación y la gestión de las alarmas.

El Museo Hatay alberga algunos de los tesoros más antiguos del mundo, protegidos por la seguridad más moderna. Bosch ayuda al museo a restringir el acceso, monitorizar la intrusión, detectar rápidamente los incendios y bloquear los accesos cuando se produce una infracción de seguridad. Los detectores de cortina pueden cazar incluso a los ladrones menos tecnológicos.