Control de accesos biométrico
El control de accesos biométrico se puede utilizar para mejorar los sistemas de seguridad de un edificio o instalación añadiendo una capa de verificación adicional. A diferencia de los sistemas de control de accesos habituales que hacen uso de tarjetas o códigos de acceso, un sistema biométrico de control de accesos utiliza los rasgos físicos de una persona, como sus huellas dactilares, rostro, venas de la palma de la mano e iris. Estos rasgos no pueden copiarse, lo que mejora la precisión de la identificación y la autenticación. Además, el control de accesos biométrico también ofrece la opción de un control de accesos sin necesidad de contacto.
Preguntas frecuentes
Las ubicaciones que necesiten un alto nivel de seguridad puede implantar la biometría en el control de accesos. Los sistemas de seguridad biométrica se pueden implantar en cualquier emplazamiento, tanto en interiores como en exteriores. Bosch ofrece lectores biométricos que se emplean en una amplia variedad de sectores, como: edificios gubernamentales (incluido el ejército), centrales eléctricas, instalaciones de petróleo y gas, edificios comerciales, campus universitarios, prisiones, centros de datos, aeropuertos o almacenes.
Los sistemas de control de accesos basados en biometría son muy seguros gracias a las tecnologías avanzadas que se emplean en los lectores. Los algoritmos biométricos incorporados hacen que los lectores sean capaces de adaptarse a los cambios de cara (cambio de peinado, gafas, casco, etc.) o distintas condiciones de los dedos (mojados, secos, dañados). Nuestros lectores biométricos también han superado estrictas pruebas de penetración de ciberseguridad para garantizar que los piratas informáticos no puedan acceder al software y robar datos o inyectar malware.
Cuando el lector biométrico escanea la cara o la huella dactilar de un usuario, se genera una plantilla que se compara con todas las plantillas biométricas que contiene el lector o la tarjeta de acceso RFID. En caso de encontrar una coincidencia, se puede autorizar la entrada.
Los sistemas de accesos de Bosch almacenan los datos biométricos directamente en la memoria del lector o en un servidor instalado en el edificio.
Toda la documentación y guías de instalación de nuestros lectores biométricos se pueden encontrar en nuestro catálogo de productos.
La seguridad biométrica se usa porque la necesita para proteger sus instalaciones (es decir, los activos de su empresa y a sus empleados) debido a la naturaleza de sus actividades. Por lo tanto, los costes relacionados con estas implantaciones deben plantearse en el marco de la reducción de los riesgos vinculados a las intrusiones, reconociendo que el uso de simples tarjetas RFID puede no ser suficientemente seguro, ya que pueden copiarse fácilmente o, como mínimo, se pueden sustraer. Esto no puede suceder en el caso de la biometría que, por definición, no se puede robar.
La mayoría de las normativas de privacidad exigen como mínimo informar a los usuarios de la recopilación, el procesamiento y el almacenamiento de sus datos biométricos. También se requiere solicitar el consentimiento expreso del usuario para dicho uso y posteriores con los lectores, y debe existir la posibilidad de darse de baja en cualquier momento. Además, las normativas más estrictas como el RGPD exigen que las empresas que implementan biometría documenten el proyecto de implementación en detalle para garantizar que el sistema biométrico de control de accesos cumpla las normativas.
Los delincuentes pueden intentar utilizar datos robados a un usuario auténtico para burlar los lectores y acceder a zonas protegidas. Esto se puede intentar usando una foto que se encuentre en la intranet, presentarla en la cámara del lector de reconocimiento facial o usando membranas delgadas de cera aplicadas en los dedos para tratar de burlar los sensores de huellas dactilares. Bosch dispone de lectores biométricos que han superado estrictas evaluaciones contra la suplantación de identidad, como la Presentation Attack Detection (PAD) realizada por el prestigioso laboratorio estadounidense iBeta.
La mayoría de los algoritmos biométricos empleados en la actualidad son muy precisos y consiguen reducir el nivel de falsos rechazos (bloqueo del acceso a personas autorizadas) y falsa aceptación (autorización errónea a personas no autorizadas). Los lectores de huellas dactilares de última generación pueden hacer frente a todo tipo de condiciones de los dedos (mojados, secos, dañados o cubiertos con sustancias como lodo o aceite), mientras que los mejores lectores de reconocimiento facial funcionan de manera eficiente con usuarios de cualquier altura (incluidas las personas en silla de ruedas), en todas las condiciones de luz, hacer frente a los cambios de rostro (nuevo color o corte de pelo, gorro, gafas) y también las mascarillas sanitarias (comprobar si se lleva mascarilla).
Sí, es posible combinar un sistema de accesos existente con dispositivos biométricos como lectores de huellas dactilares, lectores sin contacto y lectores de reconocimiento facial. No obstante, el sistema debe ser compatible con una tecnología de credenciales adecuada (por ejemplo, MIFARE Desfire o iClass).